Talla 46

Desde siempre, y más específicamente desde que tengo uso de razón, he tenido unos kilos de más (sin contar mi época oscura de mis 78 kilos y yo), pero bueno. Siempre los he tenido. En mi infancia me daba lo mismo, pero a los 7 años de edad no podía continuar escondiéndome detrás de un buzo, así que mi mamá me llevó a comprar ropa. Ese fue mi primer encuentro con la realidad. Todas las niñitas “normales” corrían buscando lo mejor, y yo parecía un patito feo buscando algo cómodo. Ya crecida, era rutina comprar pantalones, pero siempre una tortura; no entendiendo porque la talla normal (alias “S”) les quedaba bien a mis compañeras y yo ocupaba una talla más. Creo que aún no lo entiendo, pero viví con una, dos o hasta tres tallas más grandes que mis semejantes.

Con el tiempo la tortura crecía. No poder encontrar un jeans barato ($ 10.990 como máximo) que calzara mi talla, porque siempre lo he dicho, mis caderas son grandes (talla 44-46), así que me angustié mucho y dejé de comprar. Hubo una época que bajé unos kilos, lo que me dejaba en talla 42-44, así que digna fui a comprar a una de las grandes tiendas y busqué incansablemente por todos los percheros. Cuando ya no encontré ninguna talla 44 me asusté, así que me probé la 42, pero resulta que no me quedaba bien. Indignada, pregunté a la vendedora: “¿Hay talla 44 en estos pantalones?”, y me responde: “No, sólo hacemos hasta la talla 42”. PLOP. Ese día creo que cambió mi vida (sonara cliché, pero es cierto). Ese día surge este proyecto, queriendo romper con los paradigmas que crean “niñas normales”. Me pregunto, ¿Cómo se siente la gente rellenita, plana, baja, demasiado flaca, que, al probarse algo o saber que lo que esta de moda, no se lo puede poner, simplemente porque no encajan con el prototipo “90-60-90”?

La revista audaz es para la mujer de hoy, para esa mujer que desea sentirse segura, femenina y sensual, y ser ella misma. Espero que se suscriban y comenten y que está revista ayude a muchas mujeres a sentirse bien cada día.

Por Ignacia Aliaga